Los hombres representan el 50.5% de la población mundial. Los tratamientos de medicina estética en los hombres están incrementándose cada vez más. Se calcula que actualmente los hombres suponen un 8-20% de los tratamientos estéticos en función de los países y del tipo de tratamientos que analicemos.
Este hecho no es sólo porque los hombres se preocupan más por su aspecto físico, que también, sino porque ha habido un creciente interés por parte de la industria y de los profesionales de la medicina en estudiar las características anatómicas y de estética masculina para adecuar las técnicas y los productos al hombre.
Desde el punto de vista anatómico (estructura ósea, paquetes grasos faciales, ligamentos de retención, músculos faciales, dermis y piel) el hombre es completamente diferente a la mujer por lo que las técnicas que persiguen masculinizar un rostro o reponer volúmenes o estructuras descendidas han de ser totalmente distintas a las que utilizamos en las mujeres. Es la única forma de evitar feminizar un rostro de un hombre al hacer tratamientos de rejuvenecimiento faciales.
En el hombre buscamos ángulos rectos, rostros más cuadrados y en la mujer líneas curvas, ángulos más redondeados.